domingo, 27 de mayo de 2007

El holocausto

El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático burocráticamente organizado de aproximadamente seis millones de judíos por el gobierno nazi y sus colaboradores. “Holocausto” es una palabra de origen griega, que significa “sacrificio por fuego.” Los nazis, que tomaron el poder en Alemania en enero de 1933, creían que los alemanes eran una “raza superior” y que los judíos, considerados “inferiores”, no merecían vivir. Durante el Holocausto, los nazis también tuvieron en su mira a otros grupos por razón de su percibida “inferioridad racial”: los romas (gitanos), los discapacitados, y algunos grupos eslavos (polacos, rusos, y otros). Otros grupos fueron perseguidos por razones políticas, religiosas o de orientación sexual: comunistas, socialistas, testigos de Jehová y homosexuales.
En 1933, la población judía de Europa pasaba de nueve millones. La mayoría de los judíos europeos vivían en países que Alemania ocuparía o dominaría durante la Segunda Guerra Mundial. Para 1945, dos de cada tres judíos europeos habían sido ejecutados como parte de la llamada “Solución Final” de los nazis – el asesinato de los judíos de Europa. Aunque los judíos fueron las victimas principales del racismo nazi, entre sus otras victimas se cuentan decenas de miles de romas (gitanos). Más de doscientos mil incapacitados (física o mentalmente) fueron asesinados en el Programa de Eutanasia. Con la expansión de la tiranía nazi sobre Europa, millones de otras personas fueron perseguidas y ejecutadas. Más de tres millones de prisioneros de guerra soviéticos fueron asesinados o murieron de hambre, enfermedad, descuido, o maltrato. Los alemanes mataron a los intelectuales polacos y deportaron a millones de ciudadanos polacos y soviéticos a los campos de trabajos forzados de Alemania o de la Polonia ocupada. Desde el inicio del gobierno nazi, los homosexuales y otros cuyos comportamientos eran juzgados socialmente inaceptables también fueron perseguidos, entre ellos miles de disidentes políticos (como comunistas, socialistas, y sindicalistas) y religiosos (como Testigos de Jehová), fueron el blanco de la persecución nazi. Muchos murieron como resultado de su encarcelación y maltrato.
Aun antes de que la guerra estallara en 1939, los nazis crearon campos de concentración para encarcelar judíos, romas, otras victimas de su odio étnico y racial, y oponentes políticos del nazismo. Durante la guerra, los nazis y sus colaboradores crearon ghettos, campos de detención temporaria, y campos de trabajos forzados. Después de la invasión nazi de la Unión Soviética en junio de 1941, Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) cometieron asesinatos masivos de los judíos, romas y oficiales del estado soviético y del partido comunista ruso. Más de un millón de hombres, mujeres y niños judíos fueron asesinados por estos equipos. Entre 1942 y 1944, los nazis deportaron millones de judíos de los territorios ocupados a los campos de exterminio, donde fueron ejecutados en instalaciones diseñadas especialmente para tales fines.
En los últimos meses de la guerra, los prisioneros de los campos fueron llevados por tropas de las SS en marchas forzadas, o “marchas de la muerte”, en las que muchos de ellos murieron, en un fútil intento de prevenir la liberación de gran cantidad de prisioneros por los Aliados. A medida que las fuerzas aliadas avanzaban a través de Europa en una serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar y liberar prisioneros de campos de concentración, muchos de los cuales habían sobrevivido las marchas de la muerte. La Segunda Guerra Mundial terminó en Europa con la rendición incondicional de las fuerzas armadas alemanas en el oeste el 7 de mayo, y en el este el 9 de mayo de 1945.
En el período posterior al Holocausto, muchos de los sobrevivientes encontraron refugio en campos administrados por los Aliados. Entre 1948 y 1951, casi setecientos mil judíos emigraron a Israel, incluyendo más de dos tercios de los judíos desplazados en Europa. Otros emigraron a los Estados Unidos y otros países. El último campo de refugiados cerró en 1957. Los crímenes cometidos durante el Holocausto devastaron la mayoría de las comunidades judías de Europa.

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